La obra ‘Lente divergente’, de Antoni Pontí Ibars, ha sido seleccionada como cartel del 22 Festival de Málaga; dicha obra ha sido la elegida entre las 342 presentadas a concurso online por un jurado compuesto por Susana Martín, directora general del Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga; José María Luna, director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros equipamientos Museísticos y Culturales; José Lebrero, director artístico de Museo Picasso Málaga; Lourdes Moreno, directora artística de Museo Carmen Thyssen Málaga; Jesús Espino, director general de Comunicación del Ayuntamiento de Málaga; Salvador Haro, decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga; Juan Antonio Vigar, director de Festival de Málaga; José Francisco Caraballo, responsable artístico de Festival de Málaga; y Adán Miranda, diseñador gráfico.
En esta ocasión han concurrido 101 más que en la pasada edición, cuando se presentaron 233. Al finalizar el periodo de inscripción, se abrió una fase de votación popular en la web de Festival de Málaga en la que se eligieron 10 carteles finalistas. Durante el periodo comprendido entre el 17 de septiembre y el 10 de octubre se registraron un total de 43.119 votos en la web del Festival de Málaga. A estos 10 carteles elegidos por votación popular, se suman otros 10 elegidos por la organización y de entre estos 20 finalistas, el jurado oficial ha seleccionado el ganador, que recibe un premio de 3.000 euros.
Motivación del cartel del 22 Festival
Según ha argumentado el propio Pontí Ibars sobre su obra, el pensamiento divergente es un proceso de generar ideas creativas mediante la exploración de muchas posibles soluciones, que se relaciona con la creatividad y se utiliza para obtener ideas diferentes y creativas ante la solución de un problema. Se conoce como divergente el apartarse sucesivamente unas de otras, dos o más líneas o superficies.
Para dicho creador, “si divergencia es sinónimo de discrepancia, disconformidad, diferencia, desacuerdo, por lo tanto, en sentido figurado es ostentar diferentes puntos de vista, la intención global tendría que ser esta: un cartel que no estuviera quieto”, subrayando que “una imagen modulable y adaptable a las diferentes aplicaciones posteriores y que generara un discurso coherente y personal y un lenguaje con mucho movimiento mas allá de la simple imagen plana de un cartel. Que diera pie a jugar con ella. A mover, rotar, voltear, cortar, pegar y así construir diferentes puntos de vista. Tenía que funcionar bien tanto en una cortinilla animada como en una camiseta. Todo esto sin olvidar que se trata de un festival de cine y de una ciudad como Málaga y tenía que estar presente y visible”.
Finalmente ha destacado que se optó por referencias más abstractas y no tan concretas, “hay lentes que son destellos de un faro o bien flashes de cámaras. Hay ojos. Hay pescados que besan las nubes. Hay mar y olas. Hay folklore y mucho follón. Está Málaga y hay cine español”.