El suprematismo de Malévich en el Museo Ruso de Málaga

La exposición temporal presentada por el Museo Ruso en Málaga, y que podrá observarse hasta principios del mes de febrero de 2019, se nutre de la colección de obras de Kazimir Malévich pertenecientes al Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, la mayor y más completa de este creador. 

El conjunto de obras expuesto, incluyendo 16 piezas que se ven por primera vez en España, revela la trayectoria creativa inicial de Malévich, la invención del suprematismo como expresión innovadora de su percepción del mundo mediante un lenguaje abstracto y, finalmente, el desarrollo y transformación del suprematismo geométrico en formas figurativas que él llamó “supronaturalismo”.

En la búsqueda de su camino en el arte, Malévich, como muchos de sus contemporáneos, se sintió sucesivamente atraído por el impresionismo, la obra de Cézanne y el futurismo, pero ninguna de estas etapas fue muy larga. Ya en 1913, Malévich pinta varias obras de carácter alógico que le llevan a la idea de crear la ópera bufa Victoria sobre el sol (con música de Mijaíl Matiushin y libreto de Alexéi Krucheniy). En esta pieza se presentaba la batalla de la gente del futuro contra los prejuicios burgueses, simbolizada por la aparición de un telón donde el sol tiene la forma de un cuadrado negro en lugar del habitual círculo rojo.

Este es el origen del Cuadrado negro: una metáfora para una encarnación radicalmente nueva del arte en tiempos modernos. Empezar de cero y cambiar totalmente el lenguaje expresivo del arte: esa era la idea que guiaba el suprematismo de Malévich.

A finales de 1915, en la entonces llamada Petrogrado, el Cuadrado Negro y el Cuadrado Rojo se presentaron, junto con más de 30 obras suprematistas, en una exposición llamada a ser un punto de inflexión en la historia del arte: ‘0,10. La última exposición futurista’.

Malévich produce imágenes universales cuyo sentido no descansa en la reproducción de la realidad sino en una encarnación plástica sin referentes concretos.

Durante los últimos años de su vida Malévich siguió replanteándose la cuestión de qué estilo usar. A juzgar por el Retrato de la mujer del artista, el Autorretrato y otras obras terminadas de este ciclo, Malévich volvía a marcar distancias con el  realismo soviético, ahora recurriendo a estilos del Renacimiento para crear imágenes elevadas e impersonales de sus contemporáneos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *