El triángulo azul pondrá sobre las tablas del Teatro Cervantes las peripecias de los prisioneros españoles en el campo de concentración de Mauthausen, “una historia dramática abordada sin sensiblería y con los aires tragicómicos y carnavalescos de la revista musical” según los programadores del 33 Festival de Teatro, una obra que llega a Málaga avalada por premios de calado y un incontestable aplauso de la crítica. Para contar esta epopeya histórica, Mariano Llorente y Laila Ripoll han escrito una obra en la que el crematorio coexiste con un número de zarzuela, la chimenea con un pasodoble, la alambrada electrificada con una habanera. El montaje del Centro Dramático Nacional y Micomicón, que logró los MAX 2015 a la Mejor Autoría Teatral y Mejor Diseño de Espacio Escénico y el Premio Nacional de Literatura Dramática 2015, se verá este jueves en una única función a las 20 horas.
Laila Ripoll dirige a siete actores, Manuel Agredano, Elisabet Altube, Marcos León, Mariano Llorente, Antonio Sarrió, José Luis Patiño y Jorge Varandela, y tres músicos, Carlos Blázquez (clarinete y percusiones), Carlos Gonzalvo (violín y percusiones) y David Sanz (acordeón, pianito y percusiones), que tocan las piezas compuestas por Pedro Esparza. “El horror contado a ritmo de chotis y pasodoble se digiere mejor”, dice una crítica de la “encomiable propuesta” de El triángulo azul, obra que según otro periodista está planteada “desde la rotundidad dolorosa de los hechos, pero sin una sola concesión al sentimentalismo o la sensiblería”. El descenso a los infiernos planteado por Ripoll y Llorente es un homenaje a los prisioneros en el que también hueco para el optimismo.