‘Esto no es Berlín’, un drama existencial con un importante contenido autobiográfico, ha sido la propuesta que el director mexicano Hari Sama ha presentado a la Sección Oficial de largometrajes de la vigésimo segunda edición del Festival de Málafa. Cine en Español. Una semblanza sobre la ‘movida’ que se contrapone a la adormecida sociedad actual.
Tal y como expresaba en el encuentro mediático ofrecido tras el pase de la cinta, Sama considera que la evolución hacia un mundo más abierto, tolerante y con más derechos se ha llevado por delante al espíritu de inconformismo y de enfado que potenciaba la creatividad.
Dicha realización, ambientada en la década de los 80 en la Ciudad de México, mira con nostalgia el mundo que va cambiando la vida de forma radical a su personaje, Carlos -interpretado por Xabiani Ponce de León- de 16 años, del mismo modo que a él también le condicionaría en su propia vida. Esta perspectiva tiene lugar cuando lo invitan a un club alternativo muy conocido. A través de él se cuela en la profundidad de los suburbios, del universo underground, donde drogas, postpunk, sexo y adicciones le ayudan a descubrir su pasión por el arte dejando atrás frustraciones y limitaciones.
Una época en la que se miraba a Londres o Berlín como ciudades a las que anhelar en un México con las fronteras cerradas y con una libertad muy mermada. Todos querían estar en la movida europea, ser partícipes de ella. Había una gran necesidad de hablar desde una estética y un lenguaje que no iba acorde a la realidad mexicana. Esta comparación con Europa le hacía repetirse continuamente la expresión “Esto no es Berlín, carajo”.
Hace años estaba mal visto llevar piercings, tatuajes, el pelo de colores o que dos personas del mismo sexo se dieran la mano por la calle. Cosas tan básicas que ahora damos por hecho, antes había que pelear por ellas. También era muy complicado acceder a determinados discos o a cualquier trabajo cultural procedente de fuera de este país latinoamericano. Costaba mucho descubrir tu propia identidad y exhibir tu propia personalidad. Pero ahora ya no.
A lo largo de la rueda de prensa ha vuelto a realizar varias retrospectivas para lanzar también una crítica a la generación millenial porque para él tanta diarrea de información ha convertido a la cultura en un producto de consumo efímero que caduca en días, restándole cada vez más esencia y calidad.