El Museo Picasso Málaga (MPM) abordará en su primera muestra de 2019 la figura de la primera esposa del pintor malagueño, Olga Khokhlova bajo el epígrafe ‘Olga Picasso’, precisamente centrada en los años en que compartieron sus vidas como pareja “poniendo en perspectiva la realización de algunas de las grandes obras de Picasso, y reconstruyendo esta producción en el marco de una historia personal que transcurre paralela a otra historia política y social” tal y como han destacado los organizadores de dicha muestra.
En realidad la exposición es un proyecto itinerante organizado por el Musée national Picasso-Paris en colaboración con la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el arte. Inició su andadura en el Museé national Picasso-Paris del 21 de marzo al 3 de septiembre de 2017; en el Museo Pushkin de Moscú del 19 noviembre 2018 al 4 febrero 2019, antes de venir al MPM, donde estará hasta el 2 de junio, para ser expuesta con posterioridad desde el 18 de junio al 22 de septiembre en CaixaForum Madrid.
En las salas del MPM se mostrarán cerca de 350 objetos, incluyendo pinturas, obras en papel, fotografía, cartas, documentación y películas, relacionadas con la modelo más significativa de Picasso. Una exposición co-comisariada por Émilia Philippot, conservadora del Musée national Picasso- Paris; Joachim Pissarro, profesor de Historia del Arte y director del Hunter College Art Gallery (Nueva York); y Bernard Ruiz-Picasso, co-presidente de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte, FABA, y presidente del Consejo Ejecutivo y miembro del Patronato del Museo Picasso Málaga, quienes apuntaban que podrá verse como “la figura imaginada de Olga se irá metamorfoseando -durante la convulsa Europa de entreguerras- conforme se va deteriorando el vínculo entre ellos”.
Olga Khokhlova
Hija de un coronel de la armada imperial rusa, Olga Khokhlova (Nezhin, Ucrania,1891– Cannes, Francia,1955) se incorporó en 1911 a los Ballets Rusos, la prestigiosa e innovadora compañía de danza que triunfó en la Europa de principios del siglo XX bajo la dirección de Serguéi Diághilev. Conoció a Pablo Picasso en Roma en la primavera de 1917, cuando el artista realizaba los decorados y el vestuario del ballet Parade. Contrajeron matrimonio en París el 12 de julio de 1918 y en febrero de 1921 nació su primero y único hijo, Paulo. La pareja se separó en 1935, aunque continuaron casados hasta la muerte de ella en Cannes, en el año 1955.
Del baúl de viaje de aquella bailarina rusa -que su hijo recibió al heredar la mansión de Boisgeloup y actualmente en propiedad de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (FABA)- surgieron las cartas y fotografías que han permitido recrear una historia personal y artística que transcurre paralela a otra historia política y social.
“En su interior y durante muchos años, sus cajones custodiaron sobres repletos de fotografías que contaban la historia de sus abuelos, de su vida en común, de sus viajes, de los talleres de Picasso” han subrayado. Otros compartimentos preservaron cientos de cartas en francés y en ruso y sus atuendos de danza: zapatillas, tutús, programas de ballet.
“El contenido de aquella valija, el único bien personal que ella conservó tras su separación de Picasso, ha permitido contextualizar algunos aspectos del trabajo de Picasso durante su vida con Olga, permitiendo una nueva lectura acerca del papel que esta mujer jugó tanto en la vida del artista, como en la historia del arte” destacan.