La Térmica acoge las imágenes de Frida Kahlo que captó Leo Matiz

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La Térmica presenta por primera vez en España, la exposición ‘Frida Kahlo. Fotografías de Leo Matiz en La Casa Azul’, las míticas imágenes que el fotógrafo colombiano tomó del lado más íntimo y personal de Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, popularmente conocida como Frida Kahlo (Coyotán, 6 de julio de 1907 – Coyocán, 13 de julio de 1954). Organizada por el Centro de Creación Contemporánea de la Diputación de Málaga, Freijo Gallery y Contemporánea.
La muestra, comisariada por Angustias Freijo, de Freijo Gallery, y Mario Martín Pareja, de Contemporánea, muestra a la enigmática artista Frida en medio centenar de imágenes exclusivas realizadas por Matiz, provenientes de los fondos de la Fundación Leo Matiz. Además, se completa con publicaciones de las vanguardias de la época, algunas obras de autores que se interrelacionan y aportan claves de la escena mexicana que acontecía. La exposición podrá visitarse hasta el 29 de mayo. Así lo ha dado a conocer el diputado de Cultura y Educación, Víctor González, quien ha presentado la exposición junto al director de La Térmica, Salomón Castiel y los comisarios de la misma, Angustias Freijo y Mario Martín Pareja.
La muestra que se recoge en esta exposición examina la utilización del medio fotográfico por parte de Kahlo, el papel de esas imágenes en su trabajo creativo. Pero no sólo así, también son un acercamiento a uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, Matiz. La escena de la época se muestra a través de documentación y obras de artistas del periodo, así, como ha explicado Martín, “se ha querido hacer un discurso interesante, pedagógico y, sobre todo, visual”.
Se pueden ver aquellas sentimentales fotografías que Matiz realizó a su regreso a México en 1997, después de 50 años de ausencia, de algunos de los rincones de la Casa Azul, convertida hoy en museo. Exprimió el interior de Frida hasta que pudo captar las más especiales miradas, sentimientos que se perciben a través de las imágenes. Además, fotografió algunos de los objetos que la acompañaron a lo largo de su vida, queriendo encontrar en ellos parte de Frida, algo que explicase los sueños y pensamientos de la artista.
Leo Matiz se sumergió con su cámara Rolleiflex en el ambiente intelectual y artístico de la época y logró registrar en sus retratos la intensidad creativa y personal de los hombres y mujeres que protagonizaron un papel decisivo en la historia cultural de México en los años cuarenta. Los retratos que hizo de Frida son los más originales e intensos por su sencillez, sin extravagancias, tomados en la intimidad de su hogar.
Como ha recordado Freijo, a lo largo de su carrera, Matiz, fotografió “episodios históricos de diferentes continentes” que le hicieron vivir una especial vida y convertirlo en una persona singular.
En cuanto a Frida, ya desde muy joven, junto a su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, aprendió a posar, permitía que otros la retrataran de manera complaciente, ella dominaba siempre y por completo el instante fotogénico, como ha explicado Freijo. Por ello, fue captada por el objetivo de multitud de fotógrafos a lo largo de su vida, como Cunningham, Lucienne Bloch, Peter Juley, Martin Munkacsi o Nikolas Muray, entre otros. “Frida fue un personaje escandaloso para una vida mexicana llena de tradiciones”, contaba Freijo en la presentación.

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