Mejorar la comunicación de aquellos que sufren el síndrome de enclaustramiento ELA -del que se acaba de celebrar su día internacional- es el objetivo del grupo de investigación de la Universidad de Málaga (UMA) ‘DIANA’, que desde hace más de 15 años lleva trabajando para avanzar en el desarrollo de sistemas de tecnología avanzada que se puedan controlar desde el cerebro, dirigidos a personas que sufren discapacidad.
Se trata de ‘UMA-BCI Speller’, una aplicación que interpreta las reacciones del cerebro ante estímulos visuales en forma de letras o dibujos y construye mensajes que se pueden emitir gracias a un sintetizador de voz.
Así, esta herramienta actúa a modo de intermediario entre un lector del encefalograma y un sistema informático capaz de traducir estos impulsos en acciones concretas, como escribir una palabra o emitir un mensaje de audio. “Para ello crea un entorno gráfico más amigable e intuitivo, similar al presente en cualquier móvil, que evita al usuario tener que conocer los entresijos informáticos”, explica el profesor Ricardo Ron, responsable del proyecto.
El experto señala que el objetivo de esta investigación es que cualquier paciente o cuidador pueda acceder a este tipo de soluciones, sin necesidad de disponer de conocimientos informáticos previos.
“Ya existen otros sistemas que trabajan en este sentido. Sin embargo, no existen aplicaciones de comunicación fácil de manejar como la que nosotros proponemos y, lo más importante, accesible, por su bajo coste, para la gran mayoría de pacientes”, destaca el profesor de la UMA.
Para contribuir a democratizar estos programas, el equipo de investigadores de la UMA ha incidido en una doble vía. En primer lugar, estableciendo de serie la mayor parte de los parámetros que requieren estos sistemas para funcionar. Esto evita que el usuario deba hacerlo manualmente y acorta el tiempo necesario para su primer uso de semanas a apenas una hora.
Además, los investigadores han creado un entorno gráfico, basado en un sistema de ventanas y con un teclado virtual que se adaptar a las necesidades de cada persona, y desde el cuál se controla todo el sistema.
También se han incorporado funcionalidades que simplifican la expresión de ideas o necesidades. “Trabajamos con textos predictivos, de forma que no haya que escribir la palabra completa, pero también con pictogramas que representen al instante necesidades como el hambre o la sed y hagan que la comunicación sea más ágil”, apunta Ricardo Ron.
Con todo ello, un paciente con disfunción motora sería capaz de escribir “hola” o “sueño” sobre un ordenador solo mirando las letras que desea pulsar o un dibujo concreto (mano saludando o una luna, por ejemplo).
El proyecto ‘UMA-BCI Speller’ ya fue reconocido a finales de 2017 por INDRA y la Fundación Universia, por su impulso al desarrollo de tecnologías accesibles. Sus últimos avances han sido publicados en la revista ‘Computer Methods and Programs in Biomedicine’.
Actualmente, continúa no solo en la mejora de la aplicación, también en su integración dentro de un paquete completo que permita sacar este recurso fuera del entorno científico.