La cultura fenicia, tan presente en el germen del edificio que hoy alberga al Rectorado de la Universidad de Málaga (UMA), ha sido evocada gracias al libro del catedrático de Arqueología Bartolomé Mora, que lleva por título ‘De Huelva a Malaka. Los fenicios en Andalucía a la luz de los últimos descubrimientos. Roma 2018’. La publicación, editada en el marco de las actividades del programa de Doctorado ‘Estudios Avanzados en Humanidades’, ha sido presentada en un acto presidido por el rector de la UMA, José Ángel Narváez, acompañado por el autor y arqueólogo italiano Massimo Botto, quien ha impartido una conferencia en la que ha abordado el comercio fenicio entre Cerdeña y la península ibérica del primer milenio antes de Cristo.
Integrante del Instituto de Estudios sobre el Mediterráneo Antiguo del Consejo Nacional de Investigación de Roma, Botto colabora habitualmente en proyectos internacionales con universidades americanas e inglesas, mientras que su relación con España es especialmente intensa, dado que una parte destacada de sus numerosas publicaciones tienen como centro la arqueología fenicia del sur de la península ibérica. De hecho, es director de la prestigiosa ‘Collezione di Studi Fenici y ha coordinado una obra de conjunto sobre la arqueología fenicia en Cádiz: ‘Los fenicios en la Bahía de Cádiz. Nuevas investigaciones, Pisa-Roma, 2014’.
El libro presentado en el Rectorado es la continuación de dicho texto, centrado en los territorios de Huelva y Málaga. Supone una puesta al día de los conocimientos sobre asentamientos fenicios de la Bahía de Málaga ubicados en el entorno del Guadalhorce y el Guadalmedina, lo que supone una nueva visión del conjunto sobre la Málaga fenicia.
Multiculturalidad
A la mezcla de culturas se ha referido el rector al presentar el libro, cuando ha hecho hincapié en el simbolismo que marca al edificio del Rectorado, con resquicios fenicios, romanos, árabes y cristianos. Una herencia multicultural que, a su juicio, “enriquece el pasado y supone un elemento para el futuro, dado que en este edificio y por ende, en la Universidad, no importa de dónde se venga; lo fundamental es que se puede discutir”.
En este sentido, Narváez ha hecho un alegato de las Humanidades y de las Ciencias Sociales, al resaltar que “a partir del conocimiento que aportan se disponen las herramientas para entender el pasado, lo que supone un arma para entender también el futuro”.