La película de Jean-Paul Rouver, ‘Lola y sos hermanos’ (Lola et ses frères), tiene como atractivo sobrevenido la magnífica interpretación que realizan Luduvine Sagnier, José García y el propio Rover, con personajes que hacen del egoísmo primigenio del ser humano -como rango de supervivencia- pura y atractiva ternura.
Gracias al pausado pero intenso desarrollo escénico el guión, obra también de Rouver y del escritor David Foenkinos, nos presentan esa manera específica que de la cotidianidad de su clase media tiene el cine francés.
El director añade esta nueva realización a otras cintas de carácter intimista realizadas a lo largo de su carrera como ‘Los recuerdos’ (2014) o ‘Quand je serai petit’ (2012), siempre en la búsqueda cíclica de la infancia y su devenir; de los posos que se sedimentan en los porvenires y, como en el caso de la película que ahora se estrena en España, de los lazos inevitables e insustituibles que se mantienen a través del tiempo.
No obstante, la cinta cuenta ya con un bagaje fílmico por otras estancias en nuestro país. ‘Lola y sus hermanos’ se llevó el Premio del Público a la mejor película en la vigésimo cuarta edición del Festival de Cine Francés de Málaga y se proyectó, asimismo, en la sección Cinema amb Gràcia, dedicada a la mejor comedia internacional en el pasado BCN Film Festival.
Y es que la historia escrita por Rouver y Foenkinos va llegando al espectador gracias al sarcasmo con el que los franceses se toman sus propios defectos, sin ignorarlos, incluso dando buena cuenta de ellos a través de su perseverancia.
Una cinta gala para los calores del estío que deja buen sabor de boca y viene a diferenciarse de una oferta de temporada que, bajo la excusa de la pretendida oferta para el público más menudo, suele estar repleta de héroes muy héroes y villanos torpes, o de una empalagosa ristra de animaciones cantarinas, sin olvidar en las pantallas un poco de violencia guerrera.