Una nueva propuesta en la línea de la nuevas vanguardias cinematográficas llega a Zonazine, y que «explora otras formas de experimentar el tiempo» según ha comentado de su película, Lúa Vermella, el realizador gallego Lois Patiño.
Patiño ha pretendido -tal y como expresa- que su ambientación se desarrollase en un espacio que transita entre el sueño y la realidad a través de la inmovilidad de las figuras humanas en el paisaje y de una mezcla entre la ficción, el género de terror, el retrato documental y el cine experimental, próximo al vídeo arte.
«Respira un tono poético, metafísico, apocalíptico limítrofe entre vida y muerte», subraya su director. “Es un lenguaje nuevo también para mí. Esta idea de intentar descubrir cosas nuevas te hace también lanzarte a ti a lo desconocido”, explicaba en el encuentro con los medios de comunicación tras su pase en el Cine Albéniz.
Con influencias que vienen más de la pintura que del propio cine, según el propio Patiño, los referentes de Lúa Vermella han sido las figuras ensimismadas del espacio de Edward Hopper, El Ángelus de Jean-François Millet o los interiores del pintor danés Vilhelm Hammershøi. Mientras que a nivel narrativo, ha bebido de Pedro Páramo y del terror metafísico y cósmico de Lovecraft.
El carácter de ensoñación y las figuras escultóricas de El año pasado en Marienbad y El cielo sobre Berlín han sido otras de las inspiraciones a nivel cinematográfico, tal y como señalaba el realizador gallego.
«Quería trabajar elementos como el mar en todo su poder simbólico de reverberación, de cementerio, de más allá, de monstruo», mientras reconocía que la película también puede ser leída como «el proceso de duelo, de luto, de un pueblo ante la pérdida de un vecino en el mar», un acercamiento a los seres más característicos de la mitología gallega como son las meigas y la Santa Compaña.