Zygmunt Bauman cambió la forma de pensar de un mundo agotado por la inmediatez. El longevo intelectual polaco definió estos síntomas con su certero y habitual ingenio: ‘modernidad líquida’.
El sociólogo polaco que hizo reflexionar al mundo en los albores de este siglo XXI con su planteamiento sobre la fugacidad de las cosas, la incertidumbre y el nacimiento del precariato ha muerto a los 91 años.
“Aún debemos aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información. Y también debemos aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante mundo”
Bauman fue un hombre lúcido en tiempos de caos. Un provocador de grandes alcances, como en su momento lo fueron Marcuse, Revueltas o Camus. Un hombre de principios y convicciones. Un hombre con claroscuros, pero siempre puntual en su cuestionamiento.
El Holocausto, la identidad del mundo moderno, la globalización, el consumismo fueron temas clave en su pensamiento. Bauman no solo fue, sino será una voz moral para los vencidos por el fagocitante ritmo del libre mercado y la globalización.
Su planteamiento supremo es que a través de decisiones éticas se construye una vida digna. Bauman ha muerto. Nos queda su legado, su obra y sus ideas vitales.
Para leer de él:
*Trabajo, consumismo y nuevos pobres
*Modernidad líquida
*Amor líquido
*Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias
*El arte de la vida
*Ceguera moral
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