El Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana ha sido inaugurado tras más de dos décadas de espera, 19 años exactamente de la primera muestra pública de la ciudadanía malagueña reivindicándolo ante el desencuentro entre las administraciones andaluza y central, que finalmente puso el ‘punto final’ que ha permitido la apertura de la que se cuenta como quinta pinacoteca del país, con más de 15.000 piezas arqueológicas y 2.000 referencias de Bellas Artes.
El acto protocolario de este pasado lunes, estuvo ‘capitaneado’ por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, a quien acompañó la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, así como autoridades provinciales y locales y parte del tejido cultural de la ciudad. Malagueños y visitantes podrán disfrutar de obras como la espectacular ‘Anatomía del corazón’, de Enrique Simonet, o ‘El juicio de París’.
Más de 18.000 metros cuadrados en cuyas obras de rehabilitación el Gobierno central ha invertido cerca de 40 millones de euros, y quien ha llevado a cabo el proceso de traspaso de la gestión a la Junta tras dicha rehabilitación, que incluyó la dotación de 4.456 metros cuadrados de espacios expositivos. En ellos se mostrarán 2.700 del total de 17.000 piezas y obras que conforman la colección de las antiguas sedes de Bellas Artes y Arqueología, clausuradas en 1996 y 1997, respectivamente.
Las colecciones son el eje central del discurso expositivo, la exposición que abre su exposición pública explicando el contexto de la Málaga del siglo XIX, la industria y el comercio del puerto y la consolidación de una nueva clase social burguesa, carácter liberal y en contacto con modas y tendencias europeas.
Así, el Museo de Málaga relataexplica la colección Loringiana de los Marqueses de Casa Loring en su finca y jardín de La Concepción. La otra, de obras de arte y de titularidad pública, fruto de la labor de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en la recogida y custodia de los bienes muebles procedentes de la desamortización. Ambas colecciones darán lugar años después a dos museos provinciales en la ciudad que confluirán con el tiempo en el actual Museo de Málaga.
La sección de Arqueología cuenta con unas 2.000 piezas procedentes en su mayor parte de yacimientos de la provincia, con una cronología que se extiende desde la Prehistoria hasta la Edad Media. Destacan las esculturas de mármol de la Colección Loringiana, los fondos fenicios y romanos y las producciones cerámicas y de maderas talladas musulmanas.
Entre otros elementos singulares, se expondrán en el Palacio de la Aduana los restos óseos del neanderthal de Zafarraya, el material lítico del Paleolítico de Nerja, el medallón fenicio de Tramayar, los recientes hallazgos de la tumbas de Chorreras y del casco histórico malagueño, el mosaico del Nacimiento de Venus y las colecciones cerámicas de loza dorada procedentes de La Alcazaba.
La colección de arte destaca principalmente la pintura del siglo XIX, con cuadros de Joaquín Sorolla, Federico de Madrazo, Vicente Palmaroli, Francisco Domingo Marqués, Emilio Sala, Martínez Cubells, Jiménez Aranda, Juan Antonio Benlliure y Enrique Mélida. A ellos se suman obras representativas de la producción malagueña, especialmente de pintores como José Gartner, Emilio Ocón, Bernardo Ferrándiz, José Denis Belgrano, Fernando Labrada, Antonio Muñoz Degrain, José Moreno Carbonero, José Nogales o Enrique Simonet. Del siglo XX sobresale la producción de vanguardia de José Moreno Villa y la colección de obras de Picasso procedentes del Legado Sabartés, así como la muestra de arte local de las generaciones de los años 50 y 80.
Entre sus obras especiales ‘Ecce Homo’ y ‘Dolorosa’, de Luis de Morales; ‘San Francisco de Asis’, de Murillo; ‘Bebedor vasco’, de Joaquín Sorolla; ‘El viejo de la manta’, de Picasso; ‘Esclava en venta’, de José Jiménez Aranda; ‘El milagro de Santa Casilda’, de José Nogales, y ‘Anatomía del corazón’, de Enrique Simonet, además de esculturas como ‘Cabeza de San Juan de Dios’, de Fernando Ortiz, o ‘San Antón’, de Pedro de Mena. A la importancia que ofrece el periodo histórico de la Málaga del siglo XIX en la colección de arte se suma la propia elección como sede de un edificio tan representativo de la época como el Palacio de la Aduana. Con más de 18.402 metros cuadrados construidos, el inmueble es ya una obra de arte en sí mismo.
Edificado a finales del siglo XVIII para dotar a Málaga de una aduana acorde con el creciente comercio marítimo de su puerto, este palacete neoclásico fue diseñado por Manuel Martín Rodríguez con una clara influencia del estilo de Sabatini. Utilizado durante décadas como sede administrativa y comisaría, el proyecto de su rehabilitación y adaptación devolvió al edificio la cubierta original diseñada a dos aguas que se perdió en un incendio de 1922.
2016-12-12