Astola clama contra la intolerancia y la homofobia en el Cervantes

Astola

Pilar Astola recrea la figura del malagueño Miguel de Molina, de quien dice que “es la masa madre con la que ha cocido un espectáculo valiente, que denuncia alto y claro y mediante los mimbres del baile flamenco la injusticia del exilio, la homofobia, la incomprensión y la intolerancia”. La coreógrafa trianera pone en escena, en el Teatro Cervantes de Málaga, Bailando en plata, un viaje de Málaga a Buenos Aires a través del baile, cante jondo y el tango argentino. Astola estará cuenta, asimismo, en escena con los bailaores Beatriz Santiago y Juan Martín, y Norberto Rizzo asistirá como artista invitado en la función (21 horas del jueves 26, entradas entre 6 y 20 euros). La voz de la también bailaora y directora tendrá el apoyo al cante de Cristina Tovar y Antonio Santiago y al toque del guitarrista Carlos Berlanga y la violinista Irene Moreno.

Bailaora y cantaora nacida en Triana, Sevilla, Pilar Astola adquiere su educación artística con maestros como Merche Esmeralda, Caracolillo, Manolo León y La Toná. Después de bailar en El Patio Sevillano, en el Ballet de María Pagés o con Juan Andrés Maya, forma con 18 años su propio cuadro flamenco. En Japón trabaja con Yoko Komatzubara y con Joaquín Cortés. Ha actuado y girado con las más grandes estrellas del género y con las más prestigiosas compañías por prácticamente el mundo entero.

Bailando en plata “no es una biografía de Miguel de Molina, sino una creación inspirada en su vida y concebida como un canto a la libertad” según Astola, quien llevará a los espectadores a través del Atlántico con interpretaciones de  piezas como ‘Ojos verdes’, ‘Volver’, ‘La bien pagá’, ‘El día que nací yo’ y otros tangos argentinos y con bailes por seguiriyas, soleares, bulerías, alegrías, guajiras, malagueñas, tarantos y tangos.

“Cualquier persona que vea Bailando en plata tiene un momento en el que identifica lo que está contemplando con su propia vida”, subraya la artista sevillana. La obra es “un homenaje a los exiliados que, por razones económicas, políticas o de cualquier otra índole han tenido que abandonar su tierra, un canto a los emigrantes o inmigrantes que siempre llevan el peso de la distancia sobre su alma”.

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