La cineasta peruana Claudia Llosa ha recibido, el Premio Eloy de la Iglesia del 20 Festival de Málaga. Cine en Español, que se otorga a los creadores actuales más osados. En la ceremonia, la directora se emocionó agradeciendo el apoyo recibido por sus amigos y productores en España en esta profesión que ha definido como «el más gratificante de los abismos».
Su discurso ha recogido el sentido de su cine, tan presente en su aún breve pero tan significativa trayectoria: «Con mis películas trato de cifrar las heridas del alma. No sé si el cine sana, pero sin duda enriquece, alienta, abre caminos y une, como unió a Perú y a este país en mis dos primeras películas», ha dicho.
En el encuentro anterior que mantuvo con los medios de comunicación, Claudia Llosa reflexionaba sobre su impronta, una mirada singular que la convirtió en candidata idónea para este Premio Eloy de la Iglesia y que, según ella, tiene mucho que ver con su familia: «En mi casa siempre se ha impulsado la búsqueda interior, para fortalecernos y que adquiriésemos nuestra propia voz», ha dicho mirando a sus padres. Algo que explica también el modo en que aborda sus proyectos, «buscando el reto, aunque sea de forma inconsciente». «Plantearse hacer cine en Perú era como querer ser astronauta, se estrenaba una película al año», aseguraba.
En 2009 lograría el mayor éxito de la cinematografía peruana con La teta asustada, Oso de Oro en el Festival de Berlín, donde muestra su interés por «personajes que simbolizan el sentir de un momento». Así, ha explicado que el tema central de la película, la recuperación de la autoestima, representaba las «ganas de salir y de mostrar su identidad de todo un país».
La directora, guionista y productora se ha referido a su retorno al Festival de Málaga tras haber inaugurado el certamen en 2014 con su último largometraje estrenado, No llores, vuela: «Siempre sentí el abrazo que me ha dado Málaga, y más en este año en el que se han diluido las fronteras», ha expresado.
2017-03-24