La ópera prima del realizador mexicano Rodrigo Ruiz Patterson, Summer White, compite en la Sección Oficial (SO) del Festival de Málaga presentando una historia inspirada en la propia infancia de director, marcada por las relaciones de los hijos con madres solteras.
«Quería reflejar qué ocurre cuando emociones tan fuertes como los celos se presentan por primera vez en la vida», aseguraba Ruiz Patterson en su comparecencia virtual ante los medios de comunicación tras el pase de la película.
La película, rodada cámara en mano para «dar libertad de acción a Adrián» en su primera experiencia delante de la cámara, tiene en el fuego un elemento simbólico que expresa lo que sienten los personajes. «Es un elemento que inicialmente es cómodo, cálido y aporta confort» al personaje, pero que «va creciendo, quemando interiormente al personaje y expresando su ira. Si uno no sabe acomodar esas emociones en la vida, los sentimientos hacen erupción de forma brusca» ha subrayado el director.
Protagonizada por Sophie Alexander-Katz, Adrián Ross y Fabián Corres, Summer White es la historia de un adolescente solitario que es el centro de atención de la vida de su madre. Todo cambia cuando ella lleva a vivir a su nuevo novio a su pequeña casa en las afueras de Ciudad de México, lo que provoca un conflicto.
Alexander-Katz explicó que la construcción de la relación madre-hijo en pantalla se inició mucho antes con el joven Ross, que se ponía por primera vez delante de una cámara. «Trabajamos las improvisaciones de situaciones similares a las de la película, con el fin de que los personajes se encontraran como una misma familia».