El director austoegipcio A.B. Shawky relata en ‘Yomeddine’, una mezcla entre documental y road movie, una historia con más valor humano que fílmico; la de un leproso y su adolescente acompañante en busca de su familia, sus orígenes y de su propia identidad, en un juego donde ambos actores ocasionales -Rudy Gamal (que es un auténtico leproso curado pero con todos los estigmas de la enfermedad marcados en su cuerpo) y Ahmed Abdelhafiz (un huérfano que vive en la leprosería y que sigue implacablemente al primero)- juegan al pillaje y la supervivencia en pareja que les obliga su cruda realidad, una especie de ciego y lazarillo de Tormes en egipcio y con un guión con escasa solidez.
Podría haberse definido como una ‘feel good movie’, por lo que muestra de la miseria humana y de ahí la búsqueda en el espectador de una afinidad que sólo puede ser precisamente humanitaria, ya que la cinta no destaca por su valor cinéfilo. Desde luego, quienes se acerquen a ver ‘Yomeddine’ podrán tener una visión poco turística de lo que es Egipto, adentrándose más en la ruindad que escenifica la presencia de un vertedero de donde sacan parte de su sustento, la leprosería a la que finalmente volverán o los arrabales de las ciudades por donde pasan, con un abanico de personajes tullidos o desproporcionados de regusto felliniano y del neorrealismo europeo.
No obstante, el propio director ya apunta algunas razones para la propia elección de sus escenarios cuando se le pregunta: “este es un Egipto que la gente no ve nunca”, añadiendo “quise mostrar a los egipcios en su lucha diaria por sobrevivir”.
La película, en definitiva, apuesta determinantemente por el atractivo que puedan suscitar los dos protagonistas, que dan lugar a algunas escenas ‘enternecedoras’ que suele llegar a un público más propenso a este tipo de dramas y protagonistas aunque, por otro lado, flaquee en el conjunto de su realización.
‘Yomeddine: El día del juicio final’, título completo, es una película de carretera en la que la búsqueda de los orígenes -de la familia- pretende circunstancialmente una salida a la miseria que abruma a una buena parte de la sociedad egipcia, pero que no dispone de un guión consolidado que aporte a la narración humanitaria un definitivo valor fílmico.