Guerra Fría y ajedrez en Reikiavik, de Juan Mayorga

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César Sarachu, Daniel Albaladejo y Elena Rayos suben al escenario para reconstruir el gran duelo de la capital islandesa: el campeonato del mundo de ajedrez que disputaron el soviético Boris Spasski y el estadounidense Bobby Fischer. Juan Mayorga habla en este trabajo escénico de Guerra Fría, ajedrez, hombres que viven la vida de otros, antagonismo y duelos en Reikiavik, una obra que llega este fin de semana a Málaga con la vitola de haber sido una de las sensaciones de la cartelera de la temporada. Mayorga, uno de nuestros dramaturgos de referencia, ha tomado también el mando en la dirección de este montaje de Entrecajas Producciones Teatrales, que se verá en el Teatro Cervantes dentro de la programación del 33 Festival de Teatro de Málaga este viernes y el sábado, a las 20 horas ambos días.

César Sarachu es ‘Waterloo’ y Daniel Albaladejo ‘Bailén’, dos personajes que han tomado sus nombres de derrotas napoléonicas y que reproducen el gran duelo de 1972 en Reikiavik. ‘Bailén’ y ‘Waterloo’ representan no sólo a Boris y a Bobby, sino también a muchos otros que movieron piezas en aquel tablero. “No es la primera vez que hacen algo así, pero nunca lo habían hecho con tanta pasión. Buscan comprender qué sucedió de verdad en la ciudad nórdica, qué estaba realmente en juego” han explicado sobre la obra.

“Reikiavik es una obra sobre la Guerra Fría, sobre el comunismo, sobre el capitalismo, sobre el ajedrez, sobre el juego teatral y sobre hombres que viven las vidas de otros. Y es una obra sobre seres que me son más misteriosos cuanto más de cerca los miro”, explica el filósofo, matemático y reconocido escritor teatral, que ha manifestado en recientes entrevistas que se inspiró en los jugadores de ajedrez que a veces veía en el parque metidos a fondo en sus partidas. “Una vez me quedé mirando y pensé: ‘¿y si esta gente en realidad estuviese recreando otra cosa, otro conflicto, otra batalla?’”

“En la obra están presentes el juego del ajedrez y el de asomarse a las vidas de otros e imaginar los posibles ‘yoes’ que hay dentro del propio yo”, añade Mayorga, que insiste en que “el teatro es una escuela de humanidad que nos muestra una y otra vez que no solo el actor puede ser muchos sino que cada uno de nosotros podría ser muchos”. Además, el dramaturgo y ahora también director subraya la perspectiva de duelo inherente al tablero y presente en la pieza. “Los protagonistas son seres solitarios que no tienen más prójimos que sus rivales. Esto tiene mucho que ver con Fischer y Spasski: para ellos, la vida consiste en el tablero y fuera del mismo nada tiene sentido. Todo su mundo gira en torno al antagonismo, en el hecho de ser adversarios del otro. Con el tiempo he llegado a reconocer que todo mi teatro tiene una misma matriz: el duelo. Los personajes obtienen su legitimidad en el enfrentamiento”.

El fin de semana se completa con el estreno de El desenlace, de Sergio Rubio, en un escenario idóneo para la cómica historia de una boda loca: el Hotel AC Málaga Palacio a las 19 horas de viernes a domingo, con nuevas funciones de Oh vino y con la segunda parte del taller Hollywood o cómo ser parte de la película. También prosiguen en el Echegaray las funciones de Soup buey (pases hasta el sábado 23) que protagoniza Impromadrid, que el domingo 24 monta el infantil Teatruras.

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